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miércoles, 12 de diciembre de 2007

Tengo primaveras enterradas

Tengo primaveras enterradas,
batallas ganadas o perdidas,
diamantes gastados,
estrellas extinguidas en noches lejanas.
Por el suelo, esparcidos,
han quedado viejos blasones, banderas desteñidas,
armaduras de cruzados.

Es cierto que he perdido mi estancia de tardes tranquilas
y las campanas bruñidas
anunciando bodas y despedidas.
Pero hoy tengo inviernos de fuertes raíces
nutridas de otras geografías,
asediándome impetuosos insectos polinizadores.

Me gusta recorrer mi caverna profunda
de rumbos indefinidos,
de fermentos que danzan la frescura del misterio.
Y cuando me acerco
al fondo de mi madriguera,
yo te miro con mis manos
y con el corazón te escucho
pues descubro otros dioses
donde la dicha reside.

jueves, 22 de noviembre de 2007

Si renunciara


Si renunciara a los recuerdos de trenes en mi infancia
y a la añoranza de la vieja estación convocante;
Si por capricho renegara de los aromas de jazmines, manzanos
y de la cómplice piel femenina;
Si perdiera en una noche peregrina sueños, amores e ilusiones
y gritara en cada plaza "no creo en nada",
y con un golpe de arrogancia destruyera
mis propios mitos y poemas solamente porque son pequeños;
Si levantara copas con traidores
y los abrazara en secreta connivencia;
Si pintara mis rencores en la muralla ciudadana;
Si volviera a imponer preceptos a las caricias, a los afectos
y a la agitación de la existencia,
sin dudas el mundo no se hundiría
pero quedaría demostrado en esta esquina del planeta
que soy un grandísimo idiota.

martes, 13 de noviembre de 2007

Ella


Bebes el jugo de mis frutos;
Ella conoce mis raíces.
Eres río que baja incontenible;
Ella el mar de vasto horizonte.
Eres pasajera en nubes y volcanes;
Ella me espera tras nuestra jornada.

Contigo el placer, el sol y la sangre,
la certeza del momento,
la codicia del abrazo.

Ella, en cambio, el escudo en la tormenta,
las manos que hicieron el pan
y dejaron la ventana abierta.

Será el llanto cuando yo muera
o mi soledad cuando se vaya.

domingo, 28 de octubre de 2007

Cordillera


Eres cordillera fría, admirable y altiva.
Mi porción de helio queda perpleja imaginándose
antiguas lencerías transparentes.
Tus pies simulan ser de cristal
y tus pechos de porcelana.
Tus brazos, que alguna vez abrazan,
vuelven a caer como dorados medallones
en la pared del cuarto de un veterano de guerra.
Tus ojos me dicen que mis deseos son de barro,
sí, de barro caliente
que desea arrastrar tus últimas formalidades,
tal vez alguna brizna de arrogancia,
tal vez algún oculto mandamiento.
Y despojada del manto blanco de tus pudores
pueda uno a uno despertar sin premura ni codicias
tus antiguos volcanes
en un sismo de misterios y caricias.

jueves, 23 de agosto de 2007

El Cambio


Transcribo un trozo del libro "Ligero de Equipaje" (Pags. 29 y 30) de Carlos G. Vallés, sobre un curso dictado por Tony de Mello, en la India, poco antes de morir:

"...Lo que nos mueve a querer cambiarnos a nosotros mismos o a otros es la falta de tolerancia, y eso es inaceptable. Queremos cambiar sencillamente porque no nos aguantamos y lo que hay que atacar ahí no es la necesidad de cambio sino la falta de aguante. No toleramos en nosotros mismos un defecto, una falla, una debilidad moral o psicológica, y nos empeñamos en corregirla con verdadero autodesprecio y velada violencia... y nos imponemos el deber de cambiar para volver a ser personas respetables ante nosotros mismos y ante la sociedad. Cambiamos para ser aceptados, para responder a las expectativas que se tienen respectos de nosotros, para ajustarnos a la imagen ideal que de nosotros mismos hemos concebido y llevamos siempre adentro. Nos falta paciencia con nosotros mismos y nos forzamos a cambiar. Y eso nunca resulta. La violencia nunca ayuda al crecimiento.
El único cambio aceptable es el que viene de aceptarse a sí mismo.
El cambio nunca puede forzarse: el cambio sucede".

Oración Cósmica

Ahora, Señor, creador del inmenso cosmo nacido de una incandescente llamita y constituído por millones de estrellas y planetas, muchos de ellos habitados, déjame descansar esta noche y, cerrando los ojos, pueda olvidar el desconcierto que hemos causado los humanos en el corazón de la natural armonía. Hemos fabricado toneladas de armas, basura y gases cuyas nubes vuelan al cielo enrojeciendo el rostro de la tierra cada vez menos azul, cada vez menos verde, pues las selvas y bosques crecidos con paciencia divina, terminan abruptamente su oración con sus pies cortados como estatuas indignas, para convertirse en aserrín de un día y olvido eterno.

Quiero escuchar esta noche la música de las estrellas, desde las cuales se inició el largo y minucioso viaje de materiales, gases y metales que explosionaban con fuerzas consentidas, que fueron formando sistemas planetarios hasta crear nuestra casa grande que llamamos planeta tierra.

Te doy gracias porque con la luz de la fe y mi capacidad de asombrarme puedo ver el universo y nuestro microcosmo ordenado, significativo, diferente, inteligente y vivo.

¡Qué detalle has tenido conmigo!

lunes, 23 de julio de 2007

Tal vez olvide




Tal vez olvide mis libros y mis poemas,
la página en blanco,
mi tiempo perdido y mi tiempo compartido.

Tal vez hasta olvide a mi perro,
el camino a mi casa, la ventana abierta,
los mil abrazos
y mis transgreciones redentoras.

Hasta olvide hacer las preces
y sin alfabetos
olvide mis sueños no confesados,
mis dudas y mis certezas
y la porción de sol que en mí queda.

Si. Tal vez algún día no recuerde nada.
Sólo tu amor profundo y breve.

Tiempo Final


Cuando mi tiempo finalice y mi patio sea invadido por las sombras ¿quién te platicará de diseños, artesanías y gredas? ¿y de cactus, azaleas y malvaviscos?

Cuando el gran puente se corte y ya no haya regresos, sueños ni ilusiones ¿quién te hará poemas de amor, de justicia y esperanzas? ¿Quién podrá admirar esa porción de inocencia dibujada en tu sonrisa?

Sólo sé que cuando se acabe tu tiempo, llegando a las manos de Dios, te confirmará mi ángel que
-aun cuando mi sangre ardía de piel ajena- fuiste tú, amor, el comienzo y el todo en mi vida.

Se Busca (Cuento)


Si el frío de la noche me quema por dentro más me quema mi soledad. Es la hora en que la gente regresa a sus hogares. Soy un vago sin destino, sin la sagrada prisa de los demás. Alguna mañana me he apurado, soñando que todo puede cambiar para mí, poniéndome a caminar más a prisa. Cuando descubro que todo es inútil me echo sobre la tierra y la acaricio porque ella nunca me ha negado.
Haciendo un esfuerzo, me paro y decido ir al negocio de alimentos para mascotas donde hay un aviso que me obseciona, como si tuviera un mensaje en clave.

"Se busca perrito poodle, de pelaje blanco y manchita en su cola. Renguea suavemente. Obedece
al nombre de 'Vagabundo' o simplemente 'Bundo'. Tres niños lo lloran por las noches".

Y lo vuelvo a leer con mi corazón:
"Se busca abuelo perdido por incomprensión de nuestra familia. Tres nietecitos lo esperan cada noche".
Me alejo llorando amargamente.

Voy a Quedarme


martes, 10 de julio de 2007

El Transeúnte (Cuento)

Me resulta insostenible -apretujado con otros frente a un paso de cebra- esperar la seña que invita a la orilla del frente.
He adquirido la destreza de cruzar la Alameda donde yo quiera. La clave es mirar, calcular y correr.
¡Atravieso!!!
Una sombra me envuelve rechinando. Pasada la sorpresa me siento libre nuevamente, más libre que otras veces gozara de mi osadía.
Mis ojos miran las calles parecidas a ciertas pinturas del museo de San Francisco, suavemente coloridas y silenciosas.

Casi siento pena cuando descubro que allá abajo rodean a un transeúnte tirado sobre el suelo, estremeciéndome un segundo al verle con mis propias ropas, pero sigo volando junto a las palomas en las azoteas de estos altos edificios.

Lucía


Había aromas de soledades y nostalgias en su ojos, y a necesidad el rito del domingo previsto en antiguos protocolos. El camino para llegar al cielo -se escuchaba- era el sufrimiento, la muerte el descanso eterno.
Si para otros el tiempo es parte de un destino, a veces inclemente, para mí ha sido la magia de momentos que se suceden raudos y novedosos. Así, cuando pasaron algunos inviernos y veranos, una emocíón desconocida comenzó a buscar habitación dentro de mí, al principio tan suave pero cierta como el inicio de una jornada rural. Bajo su piel había algunas urgencias de rebeldías con frescura de noblezas.

En un atardecer de Marzo, en un alborozo de paz y de ternura, mis alfareras manos descubrieron su moreno color de diosa aún no venerada. En aquellos días sentí que la vida tenía su mayor sentido.

lunes, 25 de junio de 2007

Peregrino Amor


Quiero ser viajero impío
peregrinando por tus regiones
de sur a norte,
sentir el vértigo de tus cumbres
señaladas
y bajar a las profundidades,
hasta ese huerto tuyo
donde escondiste tres secretos.
Y preparada la tierra
me dirás que ya es tiempo
de ser tu jardinero.

Entonces habrá sueños de estrellas
en nuestro viaje de planetas
con gente amistosa
y llegaremos a lo más alto
de una cálida luna
donde siempre es mediodía.

Tal vez serán tus ojos
o alguna palabra
que me dirá "basta",
y descansaremos en un oscuro asteroide
de una pintura de Roberto Matta.

jueves, 21 de junio de 2007

La Mirada

Fue en la última Navidad.
El día estaba asoleado. Esperaba que el semáforo me indicara seguir avanzando cuando me percaté de su sombra barrida por el suelo; Después un rostro de indefinible edad.
Me desagradó su olor a la condenación de no poder asearse. Su ropa y sus zapatos estaban
tan rendidos como él y sus ojos cansados de esperar. Era la desesperanza y la improbabilidad.
Lo miré sólo para pagar mi cuota de culpa por su situación.

Fue entonces cuando recibí la mirada más profunda que haya conocido en mi vida.

Dentro de su cansancio había algo conmovedoramente transparente; Algo que decía que él y
yo éramos iguales. Inevitablemente mis ojos se humedecieron.
Quería abandonar el pedazo del planeta donde estaba parado. O enojarme. Pero, al contrario,
sentía algo asi como una transposición: él era yo y yo sentía que me convertía en un simple y
oscuro peregrino sin tiempo ni agenda, sin estaciones y sin la osadía de sentirme mejor que
otros. Tuve fugazmente conciencia de quién era yo, de cuánto valía, de mis sueños a los que
había sido fiel y de los que aún seguían pendientes. Fue más: Me sentí conectado con todos los
seres del universo compartiendo en plena armonía. Luego pasó todo.

Mi orgullo se ha afanado en convencerme que todo fue una buena intuición y nada más. Pero,
lo que queda de mi fe en Dios y de mi confianza en hombres y mujeres, me dice que he tenido
un encuentro con alguien muy importante.

miércoles, 2 de mayo de 2007

Lluvia de Otoño

Danzo con la música del viento
bajo la lluvia tibia de otoño
renovando
mis vísceras y mis manos
en esta edad madurada
con mi bautismo profundo.
El agua cubre mi cabeza,
pecho y genitales.

Pero unas sombras poderosas,
que no me reconocen cuidadano
sino un transgresor
de mil códigos impuestos,
me arrastran
más allá de la frontera
donde -dicen- están mis proyectos,
mis creencias y mis banderas.

Así, con mi antigua
cédula de identidad y pasaporte,
con ropas confeccionadas
en tallas prefijadas,
paseo por las calles
conversando de la contingencia
y de la crisis moral de nuestro tiempo
y de las claves de la economía,
mostrándome
un caballero respetado y agradecido.

Pero de vez en cuando
-pocos lo saben-
abandono estas oscuras latitudes
para oler los árboles del valle
bajo la cálida lluvia.
Y desnudos sobre la tierra fresca
hermanas y hermanos
danzamos con sensual inocencia,
esperando que brote
el sustancial fruto de la vida
en la estiva venidera.

No me pidas

No me pidas poemas de alba
y primaveras.
No me pidas que describa
el rumor de una gota de rocío
bajando por la espalda
de una hoja de junco
cayendo al río.

Mis poemas tienen rabia contenida
y soledades,
tienen el sueño de los sencillos
y el recuerdo de los ausentes.
Mis poemas
son de barro y de sudor
Tienen olor a sexo
y a la ñipa del camino.
Son casi la espera sagrada
de la madre preñada
y, como a esa madre,
las palabras preñan mi alma
y con gozos y locuras
pretenden correr por la existencia
convertidas en metro, calles,
obreros ruidosos, oficinistas callados,
escuelas, barrios,
amores repentinos, amores eternos,
música y silencio,
vida y muerte.

miércoles, 25 de abril de 2007

Mi Simiente


En mi ardor silente
tantas veces contenido,
en mis certezas sencillas
como hogaza,
en mi risa alguna vez interrumpida,
en mis lejanos recuerdos de niño,
nace una simiente.

Ella nace en las resurrecciones
de mi carne sumergida en las palabras
que va buscando urgente
otras regiones de verano,
pues aún siente
en sus músculos la batalla
de la existencia con renovadas emociones.

Es mi gloria
entre cansadas consignas de cielos prometidos
y en mis manos que no saben dónde estar
cuando alguien me nombra después de alguna ausencia,
en la lograda paz
de mis odios vencidos,
en mis acciones transgresoras.

Nace sencillamente
como el arrebol
que ha pintado mi andén vespertino
donde comparto mis sueños
y mi amor perdido.
¿Será humilde hierba o acaso sea un árbol?
Sólo sé que seré mejor con mi nueva simiente.

domingo, 22 de abril de 2007

Tarde Ciudadana



Calle acerada,
acuarela antigua
y borrosa,
pinceles de hierro
de nubes cenicientas.

Oro oscuro,
azul perdido.
Viento,
cansado bostezo,
¿qué pintas?

Calle gastada,
acuarela rendida
y turbia
¿dónde dejaste
mi iglesia?

sábado, 7 de abril de 2007

Emoción y discernimiento

El discernimiento no es un acto racional, como tampoco lo es la reflexión.
Es un ubicarse, un dónde estoy, preguntarse qué estoy haciendo, qué es lo que pretendo. Es decir, qué hago con mi vida.
Discernir es hacer la suma y resta de todos nuestros deseos, esperanzas y sueños. Por lo tanto es un acto emocional.
Es vivir de acuerdo con lo que yo creo y pienso, o sea atender a mis propias consecuencias, de tal manera que cuando digo sí a mis proyectos el mundo es mejor, lo hago más feliz. Y cuando me niego a ser consecuente el mundo se oscurece un poco. En resumen, la sociedad estará mejor si decido vivir de acuerdo con una conducta ética.

Etica es la responsabilidad de lo que hago.
Moral es el cumplimiento de las normas.

Doy un ejemplo como creyente: Yo no evangelizo cuando explico o pretendo explicar el evangelio, pues no puedo repetir o copiar lo que pasó o se dijo en un momento de la historia, ya sea real o creado por personas.
Evangelizar es diseñar una realidad o imaginar un mundo de acuerdo con lo que yo pienso y valoro lo que a su vez fue diseñado por Jesucristo.
Soy el resultado -bueno o malo- de miles y miles de creyentes que tuvieron no tanto un conocimiento de algo o de alguien sino una experiencia vital que les dio la posibilidad de mirarse
a sí mismos y a los demás de una manera muy diferente tomando otro camino.
Definitivamente, evangelizar es tener el valor y libertad suficientes para diseñar mis propios sueños -y la capacidad para compartirlos con otros y otras- de acuerdo a lo yo creo que son los sueños de Jesucristo que los vivió plenamente hasta dar su vida por ellos.

martes, 3 de abril de 2007

NUESTRO ANGEL

Fue un día. Un día de nuestro tiempo con años de cuatro estaciones, de niños jugando en las plazas y de adultos pretendiendo resolver los problemas. Un día de Mayo, hace más de catorce años según el calendario, Dios titubeó en el manejo de sus planes, en su energía creadora, pues miró a nuestro hogar y vio que algo faltaba a esta familia para que estuviese realmente completa: Un ángel o un perrito. "¿Un ángel o un perrito?" se preguntó Dios dudando (con duda divina, por supuesto).
Dios sabía que al recibir a nuestro hijo varoncito, después de las dos niñas, la familia estaba completa para nosotros, de lo cual le guardábamos un profundo agradecimiento. Pero El sabe lo que nos falta y lo que nos sobra.
Definitivamente Dios nos envió un perrito pequeño, de pelaje de nubes y miel fresca. Claro que al tocarlo y olerlo tenía ese típico aroma que tienen los ángeles, bueno, es lo que decían mis hijos aún pequeños. Ciertamente daban ganas de retenerlo en los brazos más allá de sus deseos de volar, digo correr.
En realidad fue siempre nuestro ángel.
Cuando ocurría una discusión en familia -ya sabes, por el dinero que no alcanza o por la limpieza, etc.- él aparecía justo al medio de todos y con su mirada preguntaba cuál es el problema. Y llegábamos a darnos cuenta de que en realidad no valía la pena seguir discutiendo.
O cuando cada dos o tres meses yo llegaba con la terrible jaqueca, nuestro perrito ángel ya no festejaba mi llegada con sus ladridos si no que discretamente se echaba al lado de mi cama, pues sabía que en esas ocasiones buscaba alivio y refugio en mi habitación oscurecida y silenciosa.
Lo bautizamos con el nombre de SIROCO, que significa viento.
Perdona estas lágrimas que caen a la tierra húmeda del patio de nuestra casa.
Viviste como un ángel; moriste como un perrito.
Gracias Siroco. No te olvidaremos.

miércoles, 28 de marzo de 2007

CONVERSANDO CON MI HIIJO

Llevo un morral cargado
de presagios y esperanzas,
de incumplidas empresas,
de alguna rosa lograda,
de versos mil veces corregidos.

He caminado mucho
-no ha sido demasiado-
y preguntas por el oficio de tu padre.

De escuelita rural me soñé maestro,
empero la rudeza de la mano paterna
echó a volar lejos mis palomas.

Quise ser juglar que abandonando ritos
y conformidades
compartiría mis versos y alegría
a cambio de pan fresco y vino.

Crucé antiguos umbrales queriendo convertirme
en anunciador de la Gran Noticia
y heme, hijo, transformado
en silencioso centinela.

El silbo atrapado en mi boca
me descubre caminante
de cerros, praderas y puentes viejos.
He visto nidos por gorriones robados,
a palomas de castidad frustrada,
a tantos perros sin destinos,
a lobos oscuros compartiendo.

He ido descubriendo
estrellas nuevas y volantines
por los sencillos senderos.
(Evito la carretera ancha, orgullosa y factible
que lleva a tanta gente a la ciudad perdida).

Esto soy, hijo mío:
Un caminante que tropieza en el asfalto,
que camina mejor entre el polvo y la brisa.

Ya pronto querrás encontrar el sendero que te lleve
al corazón de la existencia
y entonces puedas amar intensamente.
Y cuando termine el día
no te hayan impuesto las metas
sino por tí descubiertas,
ganadas paso a paso,
brizna a brizna,
poniendo con devoción tus pies
sobre el suelo de la vida, reconozcas
que no obstante millones habrán tejido
tu red de posibilidades,
pueda ser que tu hebra
modifique la desigual consigna.
Entonces el mundo de los sencillos será más justo
y tú más feliz, su mejor hermano.

CUANDO TE ACERCAS

Quiero ser agua tranquila y transparente
o bien tierra profunda,
ser árbol de cien inviernos
cipo de peregrinos.
Quiero ser gusano de húmeda sombra
anónimo como estrella que nadie observa.

Pero cuando tú te me acercas
quiero ser el sol imprescindible,
río, volcán, viento norte, pájaro que vuela.
Siento la fundamental fragancia
de los intersticios del planeta,
de tus cabellos,
de tu sudor y de tu sexo.
Y escucho el reloj de tu corazón
y me asombro del valor de las palabras
cuando ya somos árbol
con raíces fundidas
en la tierra vital de los efectos.

jueves, 22 de febrero de 2007

MI PLAN B.

He descubierto que la vida nos da casi siempre una segunda oportunidad, por lo que aquí comienzo mi plan B.

No pasó por mi mente cuando niño o joven que hubiese un Plan A y, por lo tanto, un Plan B de salida o cambio del primero. Para mí la vida era una sola -y lo es también ahora-. Una línea ininterrumpida unía sucesos alegres, fracasos, aciertos y despropósitos. Creí como muchos haber nacido con un sello especial pero fui absorbido por los colores de un gran conglomerado o estructura social o la iglesia que me decía que mi finalidad era cumplir una serie de deberes ético-sociales. De joven me sentía orgulloso de conocer centenas de mandamientos morales, rituales, y los cumplía con severa devoción. Todo estaba escrito.
Pasaron los años y no me costó poco llegar a saber y experimentar que hombres y mujeres nacemos fundamentalmente para ser felices. Mi corazón constató que no me habían educado
para ser feliz o para buscar la felicidad ni menos para hacer felices a otros sino para obedecer, ceder, aguantar. Antes se me habló de la felicidad como una abstracción en la que otros declaraban que ésto o aquello era la felicidad.
Hoy la percibo simplemente como un estado de confianza, agrado, alegría profundos que me dan
una forma de vivir y de soñar con otros y otras, apreciando su entorno y un mundo en donde descubro un orden engalanado para iniciativas que lo hacen mejor.
Debo hacer una confesión: Mi vida comenzó a ordenarse cuando fui conociendo a Lucía que ahora es mi esposa. En esa época realizaba un esmerada labor social, sindical y me unía a grupos
políticos. Formé talleres literarios, corriendo algunos riesgos durante la dictadura. Mis días y
noches estaban a veces llenos de actividades. Pero me sentía insípido, solitario entre tanta gente
y desconocía para dónde iba con tanto esfuerzo. Me daba la impresión que iba dando saltos locos
por aquí y por allá... ¡Ahora lo sé! Antes yo era como un sapo y Lucía me convirtió en príncipe (el primero, el principal).
Reconozco que mi Plan B fueron esos años de matrimonio, con embarazos, bebés, niños pequeños, pequeños asuntos, grandes proyectos. 
Tengo que hacer una rectificación: Hoy comienzo el Plan B1.


CONCIENCIA

Abandone mis harapos un día
y desnudos pasee alegre
por mi paraíso
sin dioses ni sacerdotes,
sin maldiciones
ni metales de guerra.

Mi paraíso es una selva primitiva,
es mi patria profunda
antes apenas presentida.
No tiene arquitectura diseñada
sino los dedos naturales del tiempo.
Es mi secreto no compartido.

Tiene una frontera oscura
mi paraíso
y cuando la cruzo
me encuentro
con pobres y ricos,
sencillos y dignatarios.
Entonces
con disfraz de caballero
recorro las calles de cemento,
saludo a mis vecinos,
respeto a los semáforos
y pago mis cuentas pendientes.

Nadie conoce
mi patria
en donde nunca soy fugitivo
cuando recorro su hondo sendero
y antiguo río,
cuando asciendo a mi montaña
y converso conmigo mismo.

SOY



Soy sobrio, leal, estatura de rodrigón.
Taladro de rencores antiguos.
Guitarra que espera arrinconada.
Tálamo desierto de ternura.
Usuario de rutas no frecuentadas.
Oidor de secretos oscuros.
Compañero de almas heridas.
Defensor de este planeta agredido.

Soy el hombre, en fin, que espera
que abras la puerta de tu casa
para darte lo mejor que he conseguido.

miércoles, 21 de febrero de 2007

LOS MUROS DE TU CASA


Caminando de sur a norte
perdí mi eucologio
en la plaza de algún pueblo.

Vagando
desde muelles oscuros
hasta villorrios alegres
donde la gente
comparte
sueños y amaneceres,
fui olvidando
el antiguo temor a Dios
y a mis setenta demonios.

Hoy solo temo
a los muros de tu casa,
a tu pequeño imperio
de rosas y geranios
y a tu perro
guardián de tu ternura.

OCTUBRE 29


¿Serás volcán temido o ave peregrina?
¿Serás ciudadano obediente a los antiguos decretos
o héroe incorrupto en fronteras hostiles?
Tu designio no está en las estrellas
sino lo escribirán tus manos.

Pero en este breve hoy
tu carita de luna intocada
y tus demandas saludables
-nieto de cuatro estaciones-
van colmando nuestra alforja
con renovadas fortalezas que reverdecen
la marcha de la vida
y añaden una ración mas de aceite
a nuestras lámparas.


Cuando
junto a las hojas del tiempo
hayas conquistado espacios, emociones
y la justa cuota de razonamiento,
y conocida la diferencia
entre lo diáfano y oscuro,
y aprendido el lenguaje de la gente
te hagas pariente de los que sufren,
entonces
podrás continuar la tarea
siempre inacabada de hacer mas justa
la porción de pan, de calor
y de alegría
para cada habitante de esta tierra.

Mi rosa roja


Reclamaste por mi rosa roja
pues te hirieron sus espinas.

Caminaste mi sendero

y tus plantas quedaron heridas.

Te ofrecí mi amor entero

y sólo aceptaste una medida.

Cuando volví trayendo leña

mi rosa ya estaba marchita.