Seguidores

jueves, 20 de marzo de 2008

SETENTA DEMONIOS

Hay setenta demonios que esperan verme vencido,
me quitan el aire y aprietan mis huesos.
Burlándose saltan a mi espalda y patean mi cintura
convirtiendo en cumbre la escalera del Metro,
robándose mis ansias de llegar primero.

Los setenta demonios gritan en mis oídos
que mi tiempo frutal ya está pasando,
que la sal es escasa y fermenta el vino abandonado.

Los hombrecillos oscuros manchan mis banderas,
zamarrean mis andamios, oscurecen mi esquina desnuda
y la paciente alondra teme acercarse.

Los demonios aún no saben
es que mis inapelables sueños de musgos y planetas
me instan a volar con mis ansias otoñales
que el viento Sur desgrana por charcos y nidos,
por rieles de trenes abandonados y por mi cultivo
de rosas vespertinas,
mientras voy prodigando abrazos
y bendiciendo tu sonrisa.