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viernes, 7 de noviembre de 2008

AGUAS SILENCIOSAS

Mis palabras han quedado atrapadas en estanque de aguas silenciosas,
entre costras extenuadas y papeles prietos de impaciencia.
Mi memoria perdida entre la niebla
casi maldice el presidio de escuchar en lontananza
unas cuantas promesas vulnerables.

Espero.
Tal vez una moneda de buenos presagios lanzada sobre el agua
en el rito manso de la esperanza refleje el vuelo de las golondrinas.
Ojalá pueda distinguir la esquina en donde quedó mi azadón olvidado
para volver a mis antiguas mieses trabajadas con fatigas.

Aunque tropiece en mis escasas palabras
mi grito emancipado llegará al horizonte.
Veré crecer mis rosas y geranios bajo mi ventana
amando ese día su frenética faena o su lúcida prudencia.