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jueves, 30 de abril de 2009

EL DEBUTANTE (CUENTO)

Ella era grande y hermosa; él recién había pasado su adolescencia, de aspecto cansado. Ella le abrazaba como se abraza a una mascota nueva; Él no podía ver las nubes ni los árboles sino sólo su carne. Ella murmuraba frases que a él le prohibían.
De repente sucedió que toda su existencia solitaria se convertía en una locomotora que, sin frenos, aumentaba su velocidad hasta llegar, inevitablemente, a la exaltación. No sabía si estaba muerto hasta que una voz le dice: "vete" y aspiró todo el aire en sus pulmones. "¡Vete!", le gritó fuerte.
La calle, los árboles y el viento -que habían cambiado no sabía de qué manera- observaron sus pasos que lo llevaron al límite del pueblo. Y allí se puso a reir. O a llorar. Hasta ahora no lo sabe.

TU FAROL

Si después de mi jornada,
al borde de la noche,
sobre la puerta divisara 
tu farol encendido 
sabré que es una estrella
de un cielo prometido.

MI PLAYA

Mi playa soleada
quedó distante
y el muelle,
entre niebla,
perdido.

domingo, 19 de abril de 2009

CIRUELO CALLEJERO

Pareces
desestimado fruto de ciruelo callejero
escrito con dolor sobre el cemento
junto al paso peregrino.


Tu voz no fue escuchada entre tantas ofertas,
entre tantas mentiras convertidas en verdades.
Tu voz, perdida en la farándula elegante,
se quedó abandonada en las gavetas de mañíu,
trabajador de mi patria en movimiento.


Ahora tus gritos son pétalos de flores endurecidas
que desgranan antiguos aromas,
viejas conquistas logradas
que se pretenden borrar en nocturnas reuniones.


¿Qué piden los hombres y mujeres que trabajan?
El pan cotidiano y la porción de sueños
en la pequeña patria de la familia.