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viernes, 9 de marzo de 2012

PELOTA DE TRAPO

Mi infancia,
pelota de trapo,
rodó preñada de inviernos
hasta aquel rincón de recuerdos,
vencida,
junto a los zapatos de tantas jornadas.
Me hice dios creando un planeta 
con las medias desechadas por mamá
que cubrían otros trapos
de misiones cumplidas.











Un día de sol septembrino 
nos encontramos mi madre fallecida,
mi pelota de trapo y yo
en un lugar cuya niebla se había marchado,
y en un abrazo nos reconocimos
después de mucho años.
Mi infancia iluminó mi madurez
y mi madurez ha jugado desde entonces
con el almanaque amarillo de recuerdos
y datos alterados de nostalgias.

No hemos dejado de rodar
con mi pelota de trapo.
Ella cuesta abajo,
a veces yo cuesta arriba,
embriagados de nuevos aromas,
con el sollozo salobre de olvidos
o con la copa celebratoria
de ir entonando las mismas canciones,
de ir abrazando los mismos cuerpos,
mirando los mismos ojos,
aceptando el designio
que la vida nos propone. 

5 comentarios:

  1. Muy bonito. La síntesis de la pelota de trapo, objeto rodante entre tu-pequeño, y tu madre. Me gustó, saludos...

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  2. Que hermosas son y que vivas están las cosas sencilla, como una pelota de trapo de nuestra infancia.

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  3. Hermosos recuerdos de la infancia.
    Que simples eran nuestros juegos y aunque unidos a los tropiezos que nos da la vida, recordarlos nos despiertan una sonrisa. Saludos

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  4. Veo un niño serio abrazado a su pelota de trapo, pero a pesar de las penas y desdichas que la vida nos depara,ese niño creció jugando con su pelota y venció tadas lsa adversidades.
    Hoy nos deleita con su genial forma de narrar cualquier acontecimiento.
    saludos desde España.

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  5. Tu poesía es poderosa, Vicente, me ha emocionado mucho. Eficaz y conmovedor uso de la pelota de trapo como símbolo de la vida misma, de esos designios desconocidos que afrontamos en el fluir de los acontecimientos. Tendré que volver para examinar detenidamente tu espacio, me encanta! Te sigo y mando abrazos desde Buenos Aires.

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